21/5/13

Mi vida sin mí

- Dirección: Isabel Coixet
- Guión: Isabel Coixet (basado en el relato corto Pretending the 
   Bed Is a Raft de Nanci Kincaid)
- Reparto: Sarah Polley, Amanda Plummer, Scott Speedman,
   Leonor Watling, Deborah Harry, Mark Ruffalo, Maria de
   Medeiros, Julian Richings, Alfred Molina, Jessica Amlee,
   Kenya Jo Kennedy
 - Duración: 105min
- País: España
- Año: 2003

- Premios destacados:
  · 2 Goya: mejor guión adaptado y canción, más 3 nominaciones:
     película, dirección y actriz principal (Sarah Polley)

- Te gustará si lo hizo... La vida secreta de las palabras (2006)

- Valoración:

Con solamente 23 años, Ann (Sarah Polley) lleva una vida cargada de responsabilidades y dificultades. Tiene dos hijas, Patsy (Kenya Jo Kennedy) y Penny (Jessica Amlee), y está casada con Don (Scott Speedman), su novio de siempre, que trata de buscar una estabilidad laboral que nunca llega. Con ellos vive en una pequeña caravana en el jardín de su madre (Deborah Harry), una mujer completamente asqueada con el mundo, y trabaja como limpiadora para sacar adelante, como buenamente puede, a su familia, al tiempo que su padre (Alfred Molina) cumple condena en prisión. Tras una visita al médico, Ann descubrirá que padece una enfermedad terminal. Circunstancia que lejos de amendrentarla, le valdrá como impulso para vivir hechos de los que nunca ha podido disfrutar, incluido un 'affaire' pasional, y tratará de dejar absolutamente todo encaminado para sus hijas, manteniendo en secreto su cercano e irreversible fallecimiento.

Mi vida sin mí, coproducción hispano-canadiense, cuenta con un reparto muy internacional en el que destaca una Sarah Polley descomunal, que lejos de ser un bellezón, enamora en cada fotograma con su cotidianidad y serenidad cautivadores. La cinta arrastra, precisamente por su carácter internacional, un problema de doblaje que resulta evidente y que, en parte, la lastra. No obstante, su cercanía, su inmensa capacidad emotiva y su traslado empático casi simbiótico al espectador no resultan mermados por su peculiar y arrolladora fuerza intrínseca. 

La siempre controvertida Isabel Coixet logró con este título la mejor obra de su carrera. Una película marcada, como en su filmografía por la enfermedad y el drama desde un pusto de vista siempre social y comprometido, sin embargo, aquí logra sacar a relucir una sensibilidad enorme y contagiosa que hace de Mi vida sin mí un film íntimo, trágico y reconfortante al mismo tiempo, hermoso, conmovedor, real, intenso, triste y brillante. Bajo el paraguas de una arquitectura guionística perfectamente construida nos situa ante una perspectiva, una tesitura y un hecho muy duros, más aún, demoledores. 

Con una atmósfera oclusa y genuina, Coixet pone sobre la pantalla el paso devastador del tiempo, la insignificancia de los individuos ante la muerte, el coraje materno capaz de superar los propios límites de la existencia y de la vida. Puede parecer excesiva en cuanto a la suma y confluencia de tragedias pero esa primera impresión lícita se diluye dentro de su marco quasi poético, de un discurso potente y fortalecido, de un aura particular y emotivo y de un final muy cuidado que pone la guinda a un film especial, magnánimo y cruel pero curtido, hecho con mimo y empaque y que se encarga, y es de agradecer, de no rizar el rizo de lo evidente. Su delicadeza, su fragilidad y también su coraza férrea y sin exlusas es representada por una Sarah Polley que encaja perfectamente con el papel y que mimetiza y transmite a las mil maravillas el signo y la intención de la cinta. 

Mi vida sin mí te hará llorar y no te reconciliará con nada pero afronta una realidad abrumadora de un modo tan mágico como inevitablemente funesto. Si entras en ella con determinación puede que te vacíe por dentro con su rotundidad aciaga pero no hay duda de que es una película preciosa, un cuento imposible de ser más inclemente y desolador pero que es capaz de rascar entre la tragedia para extraer un resquicio de felicidad heroica. Una cinta fascinante en su dualidad entre fría, por composición y acontecimientos, y cálida, por efecto y profundidad humana. Inolvidable, delicada, resoluta e infranqueable.


                                                    Tráiler

15/5/13

Si può fare

- Dirección: Giulio Manfredonia
- Guión: Giulio Manfredonia y Fabio Bonifacci

- Reparto: Claudio Bisio, Anita Caprioli, Andrea Bosca,
   Giovanni Calcagno, Giuseppe Battiston, Giorgio Colangeli,
   Pietro Ragusa, Michele De Virgilio, Andrea Gattinoti,
   Carlo Giuseppe Gabardini, Natascia Macchniz,
   Daniela Piperno, Franco Pistoni, Franco Ravera,
   Maria Rosaria Russo, Bebo Storti, Rosa Pianeta

- Duración: 110min
- País: Italia
- Año: 2008

- Te gustará si lo hizo... Forrest Gump (1994)

- Valoración:


Nello (Claudio Bisio) acaba de perder su puesto de trabajo, tras lo cual decide, por necesidad, hacerse cargo como director de una cooperativa que aglutina a una decena de enfermos mentales bajo la supervisión del doctor Del Vecchio (Giorgio Colangeli) que no tienen mayor motivación que hacer que los días pasen sin sacar ningún tipo de rédito ni personal  ni productivo, ya que se dedican exclusiva y abúlicamente a pegar sellos en sobres. La llegada de Nello supone un giro radical. Él que es un hombre de izquierdas demasiado rancio para su antiguo jefe y las normas del empresariado moderno y demasiado moderno para las estructuras rancias de su partido, decide organizar la cooperativa de modo asaemblario y tratar a los enfermos de tú a tú, otorgándoles una capacidad decisoria que empezará por dilucidar entre todos qué tipo de trabajo pueden llevar a cabo para sentirse útiles, productivos y, por ende, que puedan ganar más dinero del que ganan al entrar de lleno en el mercado. 

Finalmente, deciden decicarse a la fabricación e instalación de parquet, una tarea disparatada que tras un inicio desolador e insostenible, se verá fuertemente impulsada por el tesón de Nello y por la creatividad de Luca (Giovanni Calcagno) y Gigio (Andrea Bosca), dos de los enfermos más creativos e independientes. Con sus métodos humanos, compresivos y tan imaginativos como la propia película, Nello transportará la ilusión a los miembros de su cooperativa. Una ilusión, por otro lado, que echa en falta su pareja Sara (Anita Caprioli), que ve cómo Nello se preocupa mil veces más de llevar a lo más alto su aparentemente alocado proyecto que de ella misma y de sus propios éxitos, en el marco de una relación que parece desmoronarse, aunque esta historia pase un poco de soslayo. Nello llegará a desmarcarse de la tutela médica de Del Vecchio y de sus métodos psicólogicos antiguos basados en una fuerte medicación, para trasladar a los enfermos a un piso alquilado por ellos mismos, reducir sus dosis de medicamentos y dotarles, con el sí se puede como estandarte, de una mayor libertad, no exenta de los problemas y las tragedias de la realidad más palmaria, ni tampoco del amor, de los deseos y ambiciones y de la propia muerte.

Si può fare es una buena comedia dramática pese a que pueda apreciarse aparentemente como una comedia ligera de un cierto pero superficial poso humano y cargada de clichés fáciles, en parte por su cartel o por su tráiler amables y un tanto livianos. No obstante, no te dejes engañar por las apariencias porque Si può fare es y encierra mucho más que eso, dando cobijo a emociones, a humanidad, a carcajadas y sonrisas humanas nada maniqueas ni simplonas. En ella subyace, asimismo, un mensaje de lucha, de coraje, de obstinación (que no de optimismo estúpido e inmotivado) en la piel de un puñado de locuelos personajes que resultan totalmente creíbles, cada uno con su demencia particular y sus mil y una extravagancias que pasan desde creer ser un asalariado de los ovnis, un fan de las carreras que se hace llamar Nikki Lauda, hasta una pelirroja con pretensiones de femme fatale y un autista incapaz de mediar palabra pero con dotes de liderazgo, entre otros. Pero no son sólo eso, son seres humanos con inquietudes, con aspiraciones, con sueños que anhelar cada día y por cumplir. La película se aleja de la dulzura misericorde y caritativa para situar a este grupo de enfermos psíquicos en una atmósfera de esperanza, de cambio, que supondrá, al mismo tiempo que algo maravilloso, una realidad muy dura de saber encajar para ellos y también para Nello, que ha querido olvidarse de quienes son y de cómo son vistos para y por el resto del mundo.

Los personajes atípicos y curiosos son la esencia de este film repleto de tintes cómicos sagaces y divertidos, casi más delirantes que los propios protagonistas en alguna ocasión. Partiendo de preceptos imaginativos, casi tanto como los de la propia trama fílmica de la película, Si può fare es un título alegre, vitalista-realista, que no deja de lado, acertadamente, la presencia inevitable del drama humano, de la dificultad y de la tragedia. No es una obra virtuosa ni mucho menos pero sí, una cinta visceral y alocadamente humana y entrañable. Pese a un nudo de la historia en su parte central un tanto inocente e ilusorio, en nuestra opinión, su desenlace vuelve a casar con su pretensión más alejada del ternurismo y hace bien, no en vano, su tesis está basada en los casos reales acontecidos en Italia tras el cierre de los manicomios donde algunos de estos pacientes pasaron a formar parte de cooperativas de  trabajadores, aunque frecuentemente desaprovechadas en sus tareas como era esta misma antes de la llegada de Nello, en unos años 80 de gran auge cooperativista en el país transalpino en todas las áreas.

Si può fare se cierra con un desenlace, como decimos, que da de lleno con las trabas y vicisitudes de la vida fuera de las cuatro paredes del sanatorio y los obstáculos de la libertad para un puñado de hombres y mujeres enfermos, con tanta ansiedad como ilusión pero que por mucho que se esfuercen por encajar siempre serán vistos por algunos de forma diferente y que, lamentablemente, estarán condicionados por sus respectivas demencias. Y he ahí la crítica feroz de la cinta. Sin embargo, el poso y el regusto que nos deja es, al menos, un resquicio esperanzador, positivo, de haber logrado encontrar con la figura de ese hombre cabezón que siempre creyó en ellos, mucha más vida de la que jamás habrían podido ni siquiera imaginar. Una película muy en la línea de grandes éxitos recientes como Intocable (2011) o Las Sesiones (2012), aunque, inexplicablemente, no tuvo ninguna trascendencia europea ni internacional. Una mezcla digna y original en planteamiento con toques entre un Forrest Gump (1994) grupal y sin cajas de bombones, y un Los Chicos del Coro (2004) sin niños cantores.

                            
                                                   Tráiler (en italiano)

13/5/13

¿Sabías que los escenarios de King Kong (1933)...

... se utilizaron en Lo que el viento se llevó (1939)? Concretamente, para escenificar el incendio que asola la ciudad de Atlanta. Es decir, la capital del estado de Georgia que aparece envuelta en llamas es el decorado de la Nueva York recreada para mostrar al gran King Kong.
Fotograma de King Kong (1933)

Fotograma del incendio en Lo que el viento se llevó (1939)
¿Qué os parece este reciclaje? ¿Pensáis que está bien la reutilización, aunque sea para generar un incendio de los decorados? ¿O deberían conservarse algunos de los escenarios más emblemáticos de la historia del cine?

11/4/13

¿Sabías que... El gran Lebowski (1998)

es la película de la historia en la que más veces se repite la palabra fuck? 'El Nota' (Jeff Bridges) se pasa gran parte del metraje de la cinta de los Coen diciendo fuck y todas sus variantes y su compinche Walter (John Goodman) no se queda atrás, ni mucho menos. En total, la dichosa palabrita o palabrota se repite 292 veces. Todo un récord. Otros vocables que son dichos hasta la saciedad en El gran Lebowski son Nota (Dude en inglés), que se pronuncia 160 veces, y tío (man en la versión original), que aparece en 147 ocasiones.


La influencia del 'El Nota' y su estilo de vida ha sido tal, que cuenta con su propia religión, el Dudeism, y existe también una convención anual en la que todos los 'Nota' de Estados Unidos se reúnen a beber rusos blancos y a jugar a los bolos. Imperdible y delirante este vídeo recopilatorio que recoje todos los fuck de la película, uno tras otro y en poco más de dos minutos.

Silverado

- Dirrección: Lawrence Kasdan
- Guión: Lawrence Kasdan & Mark Kasdan

- Reparto: Scott Glenn, Kevin Kline, Kevin Costner, Danny
  Glover, Brian Dennehy, Linda Hunt, John Cleese, Rosanna
  Arquette, Brion James, Jeff Goldblum, Joe Seneca, Lynn
  Whitfield, Jeff Fahey, Todd Allen, Ray Baker, Richard Jenkins

- Duración: 131min
- País: Estados Unidos
- Año: 1985

- Premios destacados:
  · Oscar: 2 nominaciones: mejor sonido y mejor BSO

- Te gustará si lo hizo... Wyatt Earp (1994)

- Valoración:

Emmett (Scott Glenn) es un vaquero que se dirige a Turley, donde su hermano Jake (Kevin Costner) está encarcelado. En su travesía se encuentra a Paden (Kevin Kline) tirado, semidesnudo y a punto de morir en mitad del desierto tras haber sido asaltado. Al llegar al pueblo, Paden mata a uno de los hombres que le robó y es también encerrado, por lo que Emmett tendrá que tratar de liberar tanto a su hermano como a Paden, con la inestimable colaboración de Mal (Danny Glover), un cowboy negro que había sido expulsado de un bar por orden del sheriff apenas unas horas antes ante los ojos de Paden y Emmett. Los hermanos tratan de llegar a la ciudad fronteriza de Silverado, Mal busca defender las tierras de su padre y Paden que comienza a trabajar junto a Stella (Linda Hunt) en el saloon por recomendación del sheriff (Brian Dennehy), dueño del local, se verá inmerso en el medio de la disputa entre su nuevo jefe y antiguo conocido y sus tres nuevos amigos, ya que el retorcido y corrupto sheriff sólo se mueve en función de su beneficio y busca poner fin a cualquier atisbo de sublevación que pueda comprometer su status y sus tejemanejes en la sombra. Para lo cual Emmett, Jake y Mal comienzan a ser una auténtica molestia a su poder tiránico y absoluto.

Con unos toques de humor más que aceptables, Silverado es un western inspirado en los grandes clásicos del género, en una época en la que éstos estaban más que devaluados. Vale la pena ver a un jovencísimo Kevin Costner en la piel de un curioso y alocado personaje, pese a lo lastimoso de su mal doblaje. La película posee una ambientación preciosa y encierra ese espíritu aventurero hipnótico, repleto de épica, justicia y dignidad. Kasdan introduce elementos que tocan de soslayo el racismo y crea un western con numerosos, repentinos y ajustados giros guinísticos, pese a ser metódico y predecible ya que, en ocasiones, todas las circunstancias, por muy díficil que parezcan, siempre se alinean en favor de los protagonistas, lo que le hace perder veracidad y dramatismo. Sin embargo, funcionan bien las dosis chulescas de valentía e intrepidez y el ritmo del film es brioso. Su ejecución está perfectamente definida y su trama resoluta fantásticamente, de manera casi cíclica y redonda.

Una película con un aire de otra época, con la estética y calidad de un clásico del género de los buenos, a los que Silverado no tiene, francamente, nada que envidiar. Con un numeroso reparto de gran nivel, en el que destaca entre los protagonistas el rictus seco e impertérrito de Scott Glenn, entre los protagonistas; la presencia de la siempre llamativa y especial Linda Hunt y el fascinante trabajo de Brian Dennehy en el pellejo del pérfido sheriff antagonista, Silverado, que además cuenta con una gran BSO, es una cinta con amplitud de miras, pese a su aparentemente cerrado estilo y género. Tiene, asimismo, la contundencia y la profundidad necesarias para situarse lejos de ser un western ligero y desechable y además, pese a no ser una obra mayúscula, es una película tremendamente cautivadora y entretenida. Verla es, sin duda, un acierto.


                                                   Tráiler (en inglés)

25/3/13

¿Sabías que... Lillo Brancato

el actor nacido en Colombia pero adoptado desde que era bebé por una familia estadounidense de ascendencia italiana y conocido fundamentalmente por su papel interpretando al joven Calogero en la ópera prima de Robert de Niro como director, Una historia del Bronx (A Bronx tale) (1993), cumple actualmente condena en prisión?

Brancato en Una historia del Bronx y en la prisión de Rikers Island, NYC.


Fue en 2005 cuando Brancato perpetró, junto a un cómplice, un robo, precisamente y paradójicamente en el Bronx. En el transcurso del asalto, un policía fuera de servicio los abordó y trató de detenerlos. El agente fue disparado y murió a causa del tiroteo. El actor, que apareció también haciendo de gánster en la serie Los Soprano durante cinco episodios durante su segunda temporada, en el año 2000, y en otros films como Marea roja (1995) de Tony Scott, fue acusado de asesinato en segundo grado. Finalmente, Brancato quedó absuelto de dicho homicidio, un asesinato del que sí fue culpado su cómplice y autor del disparo que acabó con la vida del policía. Lillo Brancato fue condenado, en cambio, por intento de robo, un delito por el que recibió una sentencia de diez años. Pena que cumple actualmente en la cárcel de Rikers Island, el complejo penal más importante de la ciudad de Nueva York.

La Duda

- Título original: Doubt
- Dirección: John Patrick Shanley
- Guión: John Patrick Shanley
   (basado en su propia obra teatral Doubt: A parable)
- Reparto: Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman,
   Amy Adams, Viola Davis, Joseph Foster, Lloyd Clay Brown
- Duración: 102min   - País: Estados Unidos   - Año: 2008
- Premios destacados:
  · Oscar: 5 nominaciones [actriz (Meryl Streep), actor
    secundario (Philip Seymour Hoffman), 2 a actrices de
    reparto (Amy Adams y Viola Davis) y guión adaptado]
  · Globos de Oro: 5 nominaciones (las mismas de los Oscar)
  · BAFTA: 3 nominaciones [actriz y actor secundario (Philip
    Seymour Hoffman y actriz secundaria (Amy Adams)]

- Te gustará si lo hizo... Los niños de San Judas (2003)

- Valoración:

El padre Flynn (Philip Seymour Hoffman) es el sacerdote de una parroquia del Bronx perteneciente a un colegio católico regido por monjas. Es el año 1964 y Flynn es un hombre carismático y cercano, que invita en sus atípicos sermones, a través de varias parábolas cosecha propia, a la reflexión y la meditación honda desde una óptica diferente, consiguiendo así una conexión más empática y sincera con sus fieles y también con los estudiantes. Por el contrario, la hermana Aloysius Beauvier (Meryl Streep) dirige el centro y a sus alumnos con mano de hierro y severa disciplina, sin compartir en absoluto, los tolerantes métodos y la visión más relajada de la vida que tiene el párroco. Apenas dos meses atrás, con el inicio del curso, el colegio admitió a Donald Miller (Joseph Foster), el primer alumno negro de su historia. Donald es un niño con problemas de integración y que sufre constantemente las burlas y la marginación por parte de sus compañeros. En el padre Flynn ha encontrado un apoyo incondicional, una vía de escape para hallar comprensión y consuelo, llegando, incluso, a tapar los malos acots del muchacho para protegerle y siempre dispuesto a ayudarle sin ambages. 

La situación cambiará, tras el relato por parte de la joven hermana James (Amy Adams), monja y profesora de historia del centro y del propio Donald, a su superiora de la forma de actuar extraña del padre Flynn con su alumno protegido. Tras ello, la hermana Aloysius emprenderá una campaña feroz contra el padre Flynn, con el objetivo de que deje su puesto como sacristán de la escuela debido a unos supuestos abusos cometidos contra el alumno. Una acusación fundada en unos indicios sumamente leves y hartamente díficiles de demostrar, pero amarrados profundamente en su convicción y con los que está dispuesta a llegar hasta el final en su investigación para desenmascarar a Flynn y a su supuesto aberrante y despreciable comportamiento con Donald.

Segunda película de John Patrick Sheanley tras la discreta y, por qué no decirlo, mala comedia romántica que fue Joe contra el volcán (1990), con Tom Hanks y Meg Ryan como protagonistas. Parece mentira que el creador de semejante bodrio sea el mismo capaz de llevar adelante un proyecto de tanta calidad como, en este caso, el de La Duda. Una película que está basada en su propia obra de teatro, la cual ya obtuvo un enorme éxito y con la que su trabajo fue reconocido con la concesión del Pulitzer en la categoría teatral y con un prestigioso premio Tony, ambos en 2005.

Dirigida de un modo litúrgico y sobrio sumamente apropiado reflejado, por ejemplo, en su color; plasmada con un juego de planos y ángulos fascinante y magnífico, y con una dirección artística de gran altura, La Duda es una película con pausa y poso, repleta de pequeños detalles maravillosos y semienterrados que se ocultan y se muestran sutilmente a lo largo de su brillante y redondo guión. Su grandioso reparto, en el que sus tres principales componentes fueron nominados al Oscar, contribuye de modo decisivo a situar, con éxito rotundo y con una solidez pasmosa, a la cinta un escalón más arriba. Meryl Streep, aunque no sea novedad, está francamente sublime en el papel de la hierática e intrasigente monja directora del colegio y refleja a la perfección su frialdad, su desconfianza, su condición conservadora, dura y segura de sí misma y de sus intuiciones con un rictus impertérrito digno de los tiempos de la Inquisición. A su lado, otro intérprete de inmenso calibre. Un Philip Seymour Hoffman que es uno de los actores más camaleónicos (siempre con óptimoss resultados) del cine y que en cada película que hace ofrece un nivel interpretativo brutal, demostrando que es un actor de primerísima clase. En un rol más secundario, nos encontramos con una Amy Adams (Golpe de efecto[2012], The Master[2012]) que borda su papel de novicia y profesora inocentona y alegre. Un papel no tan vistoso como los dos anteriores mencionados, pero fundamental para el film y con el que la actriz nacida en Italia realiza un convincente trabajo, con el que se confirmó como una de las mujeres de Hollywood con mayor proyección. Destacable, en esta misma línea, la siempre gustosa y espléndida actuación de Viola Davis, pese a su breve presencia en pantalla como madre del chaval Donald.

La Duda traslada al espectador un doble juego entre culpabilidad e inocencia que resulta intrigante y desasosegante. Rompe esa cuarta pared y genera directamente en el público incesantes titubeos y vacilaciones, que le hacen pasar de un bando a otro con cada secuencia. Es una propuesta dura, compleja en cuanto conceptos y situaciones, pero que nunca resulta árida o inconexa sino todo lo contrario. Es un film cargado de un dinamismo placentero y ágil. Una película que es incapaz de dejarte indiferente, que te obliga a pensar, a posicionarte, a juzgar y a prejuzgar, a intuir. Con un trasfondo tremendo, oscuro, amplio y una atmósfera oclusa y viciada, La Duda es un título que resulta, por momentos, perverso en su planteamiento dual ambiguo, pero brillante en ejecución y en la consecución de su propósito y tremendamente efectivo dejando abiertos muchos de sus poros. De ella, pueden ser extraídas múltiples incógnitas e hipótesis posibles, pero sólo un elemento, que es el que recorre de principio a fin su metraje, puede evidenciarse y suponer un asidero firme: la inexpugnable e irrefutable certeza de la duda. Una cinta tremendamente inteligente, perfectamente compacta, indudablemente precisa y ciertamente poderosa.


                                                   Tráiler

24/3/13

Una historia del Bronx

- Título original: A Bronx tale

- Dirección: Robert De Niro

- Guión: Chazz Palminteri
   (basada en su propia obra teatral homónima)

- Reparto: Robert De Niro, Chazz Palminteri, Lillo Brancato,
   Francis Capra, Taral Hicks, Kathrine Narducci, Joe Pesci,
   Clem Caserta

- Duración: 120min
- País: Estados Unidos
- Año: 1993

- Te gustará si lo hizo... Uno de los nuestros (1990)

- Valoración:

Sonny (Chazz Palminteri) es el auténtico dominador y el gángster más respetado del Bronx, con un enorme peso y una presencia muy importante entre los italoamericanos del barrio. Calogero (Lillo Brancato) es un joven avispado, hijo de Lorenzo (Robert De Niro), un humilde y honesto conductor de autobuses que siempre ha rehuído el contacto con la mafia y rechazado sus favores y dependencia. Desde pequeño y a raíz de un tiroteo en la calle, Calogero entablará una relación especial con el capo Sonny, la cual vivirá la cúspide de su influencia durante la incipiente juventud del chaval. Una amistad que su padre no aprueba bajo ningún concepto pero ante la cual tiene las manos atadas por la propia voluntad de su hijo, que tiene en Sonny a un referente al que admira totalmente y que le aconseja y protege.

La ópera de prima de Robert de Niro como director es un film que cualquier cineasta más experto y consolidado podría haber firmado. En ella, se dejan ver las influencias de uno de los realizadores con los que más ha trabajado De Niro a lo largo de su amplia y exitosa carrera, que no es otro que Martin Scorsese. Pese a todos estos alicientes, no esperes de ella una calidad y una profundidad narrativa a la altura de grandes obras que versan también sobre la mafia como constituyen la saga de El Padrino, Uno de los nuestros (1993), Casino (1995) o Scarface (1983), entre muchas otras. Una historia del Bronx está más enfocada hacia las persona y las personalidades, hacia cómo Calogero se deja llevar y actúa bajo el amparo y la feroz y persuasiva influencia del ámbito mafioso que le rodea y de su líder, y no tanto en los métodos violentos de los gánsteres, los tejemanejes de su poder y la contundecia de sus crímenes. 

De Niro se limita a filmar la historia con buenas maneras y a regalar a ésta, su primera obra de dirección (trece años después llegaría El buen pastor (2006)), su presencia y sus inmensas dotes interpretativas y otorga el papel central de la misma a Lillo Brancato, el cual no está especialmente destacado pero sí genialmente escudado por el gran trabajo de Chazz Palminteri en el papel del inteligente y desconfiado hombre italiano y capo indiscutible de la mafia del barrio. Todo queda en casa, ya que Palminteri es el creador y escritor del guión. Un guión que se basa en un mundo que conoce muy bien, ya que él mismo es de ascendencia italiana y relacionado con el Bronx. Estamos, por tanto, ante un relato semiautobiográfica que el actor ya había presentado y protagonizado en los circuitos secundarios de Broadway cuatro años antes. Justamente allí fue donde De Niro asistió y vió la obra y le enganchó de tal modo que se animó a llevarla a la gran pantalla, contando con la inestimable colaboración del propio Chazz Palminteri. Asimismo, en Una historia del Bronx, se puede ver a Joe Pesci en una participación que supone casi un cameo por su poca duración e importancia y que se antoja muy escasa para lo que podría haber supuesto disfrutar durante más parte del metraje de su talento como actor en un ámbito que le viene como anillo al dedo.

Robert De Niro retrata desde las calles en las que vive y se mueve gran parte de la comunidad italiana de Nueva York, la palpable y gran influencia de la mafia entre los jóvenes durante aquellos años, aderezándola agudamente con dosis de muestra del racismo y de los conflictos xenófobos y los choques violentos entre etnias de las manzanas colindantes que tenían lugar cada día, en su caso entre italianos y afroamericanos. Una temática en la que se ahonda a través de un amor interracial imposible, el que se da entre Calogero y la joven de color Jane (Taral Hicks) que, por su parte y al igual que Lillo Brancato, tampoco realiza aquí una interpretación nada brillante. Ambos están muy amanerados y excesivamente enfáticos y artificiosos.  

A Bronx tale es una historia más de las innumerables que podían acontecer en la piel de cualquiera que viviese en el peligroso barrio neoyorquino, tal y como deja ver la propia película en su final. Constituye, sin duda, un buen ejercicio narrativo, plasmado sin pretenciosidad de ningún tipo y con una puesta en escena formal. Su contra es que no aporta nada especialmente novedoso ni llamativo para el espectador ni nada que no se haya podido ver ya con mejores resultados. Quizá el paso del tiempo haya jugado en su contra pero es, a pesar de todo, una buena cinta.

                                                    Tráiler

20/3/13

¿Sabías que.. Vinnie Jones

antes que ser reclutado en 1998 por Guy Ritchie para hacer el papel del salvaje gánster, pero aplicado padre, Big Chris en Lock & Stock, fue un conocido y relevante jugador de fútbol? 

Y no precisamente por su magia con el balón en los pies. Vinnie Jones, estandarte del modesto Wimbledon a finales de los años ochenta y a su regreso a mediados de los noventa tras su paso destacado como miembro de plantillas como la del Leeds United o la de Chelsea, jugó más de 300 partidos como profesional y llegó a ser internacional con la selección de Gales (aunque inglés de nacimiento, contaba con ascendencia galesa). Jones es recordado por ser uno de los jugadores más polémicos, duros y violentos de la historia de la liga inglesa y del fútbol en general, ostentando el segundo puesto en el ránking de expulsiones del campeonato inglés. Una faceta agresiva, descontroloda y violenta que él mismo se encargó de alimentar y enfatizar durante toda su carrera deportiva.

Fotograma fabuloso de Vinnie Jones en su debut como actor en Lock & Stock
En palabras de Paul Gascoigne, otro polémico futbolista inglés aunque éste por motivos distintos y de mucha mayor calidad técnica y repercusión que la de Jones, dijo de él tras un férreo marcaje: Aquello eran agresiones. Sentía su aliento siempre detrás de mí. Durante una jugada se me acercó y me dijo: "Me llamo Vinnie Jones, soy gitano, gano mucho dinero. Te voy a arrancar la oreja con los dientes y luego la voy a escupir en la hierba. ¡Estás solo gordo, solo conmigo!"

Desde su debut cinematográfico, curiosamente un año antes de su retirada del fútbol, en Lock & Stock, donde también aparecía por primera vez en la gran pantalla Jason Stathman, el controvertido Vinnie Jones ha participado hasta la fecha en más de una treintena películas entre las que destacan su participación en Snatch, cerdos y diamantes (2000), que le abró las puertas de Hollywood, su rol como protagonista en la comedia futbolera y carcelaria Mean Machine (Jugar duro) (2001), y su presencia en producciones de acción estadounidenses como 60 segundos (2000) o Operación Swordfish (2001), o en grandes éxitos comerciales como X-Men: la decisión final (2006).


Aquí os dejamos un vídeo que da buena muestra de lo bestia que era Vinnie Jones y de cómo se las apañaba  para agarrar por las pelotas, intentar romperle la pierna e intimidar con un registro infinito y repleto de todo tipo de zafias maneras a quién tuviera la osadía de acercarse a él en el terreno de juego. Un Vinnie Jones que ha conseguido ser mil veces mejor actor de lo que jamás fue futbolista, aunque es cierto que el listón no estaba muy alto. Todo un personaje único en su especie. Un 'bad boy' en toda regla.

19/3/13

Snatch, cerdos y diamantes

- Título original: Snatch
- Dirección: Guy Ritchie
- Guión: Guy Ritchie

- Reparto: Brad Pitt, Jason Stathman, Benicio del Toro,
  Alan Ford, Stephen Graham, Dennis Farina, Vinnie Jones,
  Rade Serbedzija, Lennie James, Mike Reid, Robbie Gee,
  Jason Flemyng, Ade, Andy Beckwith, Ewen Bremner,
  Sorcha Cusack, Nicola Collins, Teena Collins

- Duración: 103min
- País: Gran Bretaña
- Año: 2000

- Te gustará si lo hizo... Trainspotting (1996)

- Valoración: 

 
El ladrón y adicto a las apuestas Franky 'Cuatro Dedos' (Benicio del Toro) roba un enorme y valisoso diamante que debe entregar a Avi (Dennis Farina), su jefe, judío y experto en el tráfico de joyas, el cual vive en Estados Unidos y odia Inglaterra con toda su alma. El vendedor ilegal de armas de origen soviétivo Boris (Rade Serbedzija) engañará a Franky para hacerse con la joya, tentándole para que apueste en un combate de boxeo clandestino organizado por el despreciable y rudo Brick Top (Alan Ford), el gángster más poderoso y respetado de la ciudad. Para recuperar la preciada y preciosa piedra, Avi viaja a Inglaterra y contrata al despiadado Tony 'Dientes de Bala' (Vinnie Jones). Por otro lado, Turco (Jason Stahtman), junto a su compinche Tommy (Stephen Graham), es un promotor de boxeo que ha perdido a su luchador, que iba a participar en una de las peleas de Brick Top, debido al puñetazo que le propinó un gitano cuando negociaba con ellos para la compra de una caravana. Cagado por las represalias que Brick Top tomará contra él, Turco le propone al gitano, de nombre Mickey (Brad Pitt), que sea él quien boxee. El problema es que Brick Top quiere amañar la velada y que Mickey caiga en el cuarto asalto, algo a lo que el gitano no está dispuesto ya que, a parte de que no es capaz de dar un puñetazo sin noquear al rival, cuenta con planes muy diferentes a los de Brick Top y a los de Turco.

Todos ellos conforman un  reparto coral  francamente sublime, a través del cual se construyen un buen puñado de personajes inolvidables e hilarantes a rabiar, una banda de chalados en la que cada uno está más pirado que el anterior. Un Brad Pitt al que no se le entiende ni papa pero que está inmenso en su papel de gitano duro como el hierro y que hace patente que puede ser también un bichaco en roles cómicos, un Benicio del Toro cuyo papel se acaba demasiado pronto para lo bien que le sienta y lo bien que lo hace, un Vinnie Jones al que Ritchie descubrió para la interpretación en Lock & Stock y que es mil veces mejor actor de lo que nunca fue futbolista, un Rade Serbedzija haciendo de un desternillante y casi inmortal mafioso ruso, un Alan Ford inmenso en su papel de líder despreciable al frente de la banda más temida del crimen organizado londinense y un sólido Jason Stathman que demuestra que podría ser más y mejor actor de lo que es ahora en su encasillado rol actual como protagonista de peliculillas de acción de segunda fila, sin dejar de lado a Dennis Farina y a todos los que aún falta por mencionar.

El irreverente Guy Ritchie, más irreverente entonces, a través de un guión maravilloso, de un estilo propio, una estética y un uso de la cámara frenético, efectivo y poco común, confirma, tras su ópera prima Lock & Stock (1998), su enorme y contundente talento para plasmar historias poliédricas del género criminal y gansteril y nos brinda su mejor film, insuperable hasta la fecha. Un Guy Ritchie que se ha diluido tras estas dos cintas, en las que se situó en la cima de este tipo de comedias negras, con un humor delirante, fantástico y adictivo, poniéndose a la altura, o incluso por encima, de un maestro del género como Quentin Tarantino, pero sin las estridencias y peculiaridades excéntricas de éste, con una forma de hacer más realista e igual de contundente.

Con el escenario perfecto de un Londres suburbial, de sus callejuelas y de sus clubes de extranjis, Snatch es una locura divina, dirigida con un ritmo narrativo demoledor que nunca da tregua, cargada de escenas y situaciones hilarantes, ingeniosas y descaradas, hilvanadas entre sí de forma redonda y exquisita y con una electricidad hipnótica. Repleta de giros maestros, Snatch es una maraña deliciosa que posee fuerza, fiereza y desparpajo y unos diálogos brutalmente cachondos y ocurrentes, acompañado todo ello de una elección de la banda sonora muy acertada. Por ponerle algún pero, es una película de argumento, temática y construcción muy similar a su predecesora Lock & Stock, pero no es menos cierto que está cimentada de modo sublime con una cronología simple y continua pero llena de multiplicidades y acciones simultáneas que encajan a la perfección con un empaque poderoso. Una forma de hacer cine deliciosa, que no sabemos dónde se ha quedado desde su úlitma muestra en la más discreta Rocknrolla (2008), por lo que hay ya muchas ganas de volver a ver un nuevo film del realizador británico, que será recibido con los brazos abiertos, a pesar de que redunde en la misma temática y construcción, si va a ser tan bueno como este.

Snatch es una joya del tamaño del diamante en torno al que gira buena parte de la trama, el máximo exponente de este tipo de comedias gamberras y sinvergüenzas. Irónica, socarrona, con mala leche, cínica, estimulante, con clase, genuina, concluida de una manera tremendamente fina y elocuente y, sobre todo, muy muy divertida y absolutamente genial. Una de esas películas que tienes que ver sea como sea, a las que hay que echar de comer aparte ya que que jamás se situarán en el olimpo sagrado del séptimo arte pero que son piezas únicas de un tipo de cine que es también excelso, de calidad máxima y en este caso, con denominación de origen y con un sello propio devastador y alucinante. Cojonuda, con perdón.


                                                  Tráiler

16/3/13

Corre Lola, corre

- Título original: Lola rennt
- Dirección: Tom Tykwer
- Guión: Tom Tykwer
- Reparto: Franka Potente, Moritz Bleibtreu, Herbert Knaup
   Nina Petri, Armin Rohde, Heino Ferch, Suzanne Von Borsody,
   Joachim Król, Ludger Pistor, Sebastian Schipper, Julia Lindig

- Duración: 72min
- País: Alemania
- Año: 1998

- Premios destacados:
  · BAFTA: nominada a mejor película de habla no inglesa
  · Sundance: Premio del público

- Te gustará si lo hizo... Dos vidas en un instante (1998)

- Valoración:

Manni (Moritz Bleibtreu) es un joven que realiza trapicheos para una organización mafiosa. En un intercambio recibe 100.000 marcos que debe entregar a su jefe a las doce en punto sino se verá damnificado. Lola (Franka Potente), su novia, no ha acudido a recogerle por lo que Manni ha tenido que coger el metro para llegar a su cita y en ese trayecto pierde la bolsa con el dinero, la cual va a parar a manos de un mendigo (Joachim Król). Manni, temeroso por su vida, llama a Lola desde una cabina y le dice que en veinte minutos atracará el supermercado de enfrente para conseguir la pasta y librarse así de las funestas consecuencias que le supondría no ejecutar la entrega. Por su parte, Lola le pide agónicamente que la espere donde está y que no haga nada hasta entonces. Para llegar a tiempo, se dirige corriendo sin parar desde su apartamento mientras piensa en cómo conseguir el dinero.

Tom Tykwer, actualmente en cartelera codirigiendo junto a los hermanos Wachowski El atlas de las nubes (2012), plasma, en este su segundo largometraje, un batiburrillo psicodélico y frenético que aborda una misma historia desde tres ópticas diferentes, con sus respectivas conclusiones diversas, en sendas carreras contra el reloj trepidantes, a través de las que aborda el concepto de la condición arbitraria pero causal del destino y sus variaciones radicalmente distintas según la distribución, orden y duración de los actos de una sola persona, Lola, y las circunstancias y casualidades aleatorias que ésta se va encontrando en su trayecto. Esta construcción del film es muy interesante y está puesta en escena con un ritmo feroz, imparable, vertiginoso, casi agobiante, sin embargo, su estética 'posmoderna-guay' peca de histriónica y pretenciosa. Tykwer se atreve, incluso, a mezclar animación (siempre el mismo suceso de Lola bajando las escaleras de su casa) con la parte real de los hechos, algo que no tiene demasiado sentido pero que encaja en esas maneras 'pop' autocomplacientes y presuntamente creativas a más no poder. Todo ello acompañado de una música electrónica techno, noventera, acelerada que puede servir como metáfora de lo que es, en suma, este film: una cinta cargada de adrenalina y acompasada por un martilleo sensorial hipnótico, como en una de estas canciones, pero igual de vacía y carente de un sentido enjundioso.

Despojada de su capota resultona, es superficial, plana y, en ocasiones, presenta excesivas estridencias y chirridos, de las que el pelo rojo metálico intenso de Lola, que parece copiado del de Milla Jovovich en El quinto elemento (1997), y sus insoportables y tremendos gritos, son sólo una pequeña porción. Por otro lado, los encuentros casuales si resultan 'Frankamente Potentes' (chiste fácil), ya que mezclan múltiples y fugaces instántaneas de las vidas futuras de todos aquellos (que son siempre los mismos) con los que Lola se cruza en su carrera contra el tiempo a través de la ciudad de Berlín y van variando según el desarrollo particular de cada una de las tres vertientes del film, aunque están escasamente exprimidos. Es asimismo destacable la presencia de la muerte, su promiscuidad y su mutación al ir pasando de unos personajes a otros según los pasos de Lola y las situaciones generadas sean de una manera o de otra en cada uno de los tres segmentos en los que se divide el film.

Corre Lola, corre son tres cortos que unidos constituyen un largo, tres posibles finales para un mismo hecho, narrados con velocidad caótica, delirante y ascendente, captando al espectador aunque también acorralándolo. Pese a su actitud altanera y su estética chocante e impactante, la película no resulta compacta ni redonda y deja ver a leguas su cáracter primerizo. Es cierto que su llamativo envoltorio supone un reclamo actractivo pero por dentro se desconcha como una pintura chillona en una pared vieja. Un ejercicio de narración sin mayor propósito, mensaje u objetivo que el onanístico ensimismamiento en su propia creación experimental, erigida por medio de un efecto mariposa muy acotado temporalmente y sumamente vertiginoso que resulta tan efervescente como la gaseosa, tan irreverente como irrelevante y que intenta aparentar ser transgesor cuando se queda simplemente en excéntrico y vistoso.

Muy aclamada y éxito rotundo en su país de origen, Alemania, a pesar de ser una cinta independiente; Corre Lola, corre tiene vestigios e intenciones, a primera vista, de película de culto pero, analizada fríamente, tiende más bien a ser pobre de profundidad y de matices y sólo logra maquillar su superficialidad con su acelerado y catatónico ritmo, su destacable gran manejo de la cámara y su ya mencionada resultona, colorida y sensorial estética, por lo que esa etiqueta le queda más que grande. En conclusión, un 'entretenidillo' intento con pretensiones rompedoras cuyos mayores activos son su originalidad, su frescura, su celeridad y su supuesta modernez.


                                                   Tráiler