11/3/13

Las uvas de la ira

- Título original: The grapes of the wrath
- Dirección: John Ford
- Guión: Nunnally Johnson (basado en la novela de John Steinbeck)
- Reparto: Henry Fonda, Jane Darwell, John Carradine, Charly
   Grapewin, Dorris Bowdon, Russell Simpson, O. Z. Whitehead,  
   John Qualen, Eddie Quillan, Zeffie Tibury, Frank Sully,
   Frank Darien, Darryl Hickman, Shirley Mills, Grant Mitchell
- Duración: 129min
- País: Estados Unidos
- Año: 1940
- Premios destacados:
  · 2 Oscar: director y actriz secundaria (Jane Darwell), más 5
    nominaciones: película, actor (H. Fonda), guión, montaje y sonido

- Te gustará si lo hizo... La ruta del tabaco (1941)

- Valoración: 


Tom Joad (Henry Fonda), miembro de una humilde familia de Oklahoma, regresa a casa en régimen de libertad condicional tras haber cumplido buena parte de su condena por homicidio en prisión. Al llegar a las tierras de su familia, verá que han sido desahuciados y expulsados de allí, del lugar en el que han vivido y crecido durante generaciones. Tom se reunirá con ellos en la cercana casa de su tío, cuyo hogar será también pronto derribado y desalojado, y desde allí, todos juntos, emprenderán un largo y duro viaje hacia California en busca de un trabajo en la recogida de fruta que les reporte una manutención que palíe su hambre y sus penurias. Su ilusión y afán enseguida se verán truncados de forma contundente y las numerosas historias sobre los bien pagados e inagotables puestos de trabajo existentes en esta tierra prometida que creían que era California, se confirmarán como cantos de sirena que revertirán en una mayor hambruna si cabe y en métodos semiesclavistas, jornales irrisorios y en el desprecio y el aislamiento por parte de las autoridades hacia miles y miles de familias que, como los Joad, acuden a la caza de una vida mejor.

La película más reconocible del gran John Ford supone una narración impresionante que pone el foco sobre la enorme depresión de los años treinta en Estados Unidos, la cual sumió a millones de personas en la más absoluta pobreza y en la más feroz desesperación. Basada en la exitosa novela homónima del premio Nobel John Steinbeck, Las uvas de ira es un film básico para comprender y saber más sobre la poco conocida historia de un país que hoy agita la bandera de la libertad y de la igualdad pero en el que entonces la pobreza corroía sus entrañas y la falta de solidaridad entre sus ciudadanos constituía un hecho plausible y flagrante que causaba el atroz rechazo hacia los inmigrantes pobres de otros estados, los cuales, prácticamente, eran acorralados en guetos y muy mal tratados. Las uvas de la ira es un dedo afilado que da de lleno en la llaga de la vergüenza, una película arriesgada y valiente en su momento y también adelantada a su época, como su director. 

Su intención lírica y global hace que se pierda en derroteros, algunos de ellos innecesarios. Aunque jamás ceja en su empeño de denuncia y en su dominante comprometida, sí que echa en falta un mayor énfasis dramático, en el sentido más espectacular y cinematográfico de la palabra. Sin embargo, su relato es hondo, trascendente, denso, desarraigado, mordaz y con una mano maestra para la puesta en escena. No es un clásico épico e imborrable de la historia del cine que consiga ponerte los pelos de punta con su melodrama coral e intenso, su música altisonante y sus maneras grandilocuentes, pero sí es una película de mucha profundidad, altamente estética y crítica, necesaria de ver, que cuenta con matices a muy diferentes niveles y con una fotografía en blanco y negro absolutamente sublime y espectacular que ya quisiera para sí cualquier realizador contemporáneo con infinidad de medios técnicos a su alcance infinitamente superiores a con los que contaba Ford.

                                                    
                                                      Tráiler (en inglés)

2 comentarios:

  1. Inolvidable y de lo mejor de Ford. Yo aprendí mucho del crash con ella. Un saludo.

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  2. Bien cierto, el mensaje didáctico-histórico de las cintas de Ford es asombroso. Gracias por pasarte por aquí Juan.

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