5/3/13

Babel

- Dirección: Alejandro González Iñárritu
- Guión: Guillermo Arriaga
- Reparto: Brad Pitt, Cate Blanchett, Gael García Bernal,
  Rinko Kikuchi, Adriana Barraza, Koji Yakusho, Boubker Ait
  El Caid, Said Tarchani, Mustapha Rachidi, Elle Fanning,
  Nathan Gamble, Mohamed Akhzam, Peter Wight, Driss Roukhe,
  Wahiba Sahmi, Fadmael Ouali, Satoshi Nikaido, Yuko Murata
- Duración: 140min   - País: Estados Unidos   - Año: 2006
- Premios destacados:
  · 1 Oscar: BSO, más 6 nominaciones: director, película, 2 a actriz
    de reparto (R. Kikuchi y A. Barraza), guión original y montaje.
  · 1 Globo de Oro: mejor película-drama, más 6 nominaciones
  · 1 BAFTA: mejor música, más 6 nominaciones
  · Cannes: mejor director

- Te gustará si lo hizo... 21 gramos (2003)

- Valoración:

Dos hermanos marroquíes (Boubker Aid El Caid y Said Tarchani), hijos de un pastor de cabras, prueban el alcance del rifle que su padre (Mustapha Rachidi) ha comprado a un vecino con el objetivo de espantar a los coyotes de su rebaño. Los chavales, en su peligroso juego, disparan contra un autobús de turistas en el que viaja una pareja americana (Brad Pitt y Cate Blanchett) que busca huir de la apatía de su relación y de la desgracia personal, hierendo gravemente a la mujer. Mientras tanto en su casa, una niñera mexicana (Adriana Barraza) cuida de sus dos niños pequeños (Ellen Fanning y Nathan Gamble), a los que decide llevarse con ella a la boda de uno de sus hijos en México ante la imposibilidad de dejarlos con nadie. En Japón, una adolescente sordomuda (Rinko Kikuchi), hija del cazador que regaló el arma al aldeano vecino del pastor en uno de sus viajes, vive acomplejada y desubicada, al tiempo que su padre (Koji Yatusho) es requerido por la policía por ser el dueño legal del arma. Pero lo que ninguno de ellos puede siquiera sospechar es que ese rifle y esa bala maldita los interrelacionará directamente y los situará al límite de la tragedia de la muerte.
 
Con una genial ambientación y una excelente y cautivadora fotografía, Iñárritu plasma la tercera de sus películas de segmentos interconexos tras Amores Perros (2000) y 21 gramos (2003) y que supone el clímax de su 'Trilogía de la muerte'. El realizador mexicano, una vez más con Guillermo Arriaga en el magnífico guión, vuelve a dirigir como nadie un film de este tipo, siendo Babel, seguramente, el trabajo más ambicioso de todos, por su multiplicidad y disparidad de escenarios y su enfásis de universalidad. No nos encontramos ante una película de actores ya que ninguno de ellos destaca ni se alza como el centro del film sino que, dada su condición polimérica, todos son principales y secundarios al mismo tiempo. Por otra parte, todo el conjunto actoral raya a un gran y consistente nivel, aunque cabe mencionar a una Cate Blachett inconmensurable, como casi siempre, pese a su limitado rol aquí y a la semidesconocida entonces, Rinko Kikuchi, que realiza una actuación particularmente espléndida y destacable.

Babel es una película con poso, con pausa, con mística, que preserva el intimismo en un mundo inabarcable y desaforado, conectado entre sí de forma casi maquiávelica, en el que la muerte, siempre presente en la obra de Iñárritu, dirige, condiciona e interrelaciona toda existencia humana, una muerte que nos aborda y nos desborda en todo lugar y en cualquier momento pero que también nos iguala. Un relato trágico tan inmenso como, paradojicámente, hermético y engranado a la perfección. Tal vez, demasiado perfecto en sus casualidades pese a que, sin embargo, no cojee de inverosimiltud y se mantenga enormemente sólido y perfectamente compacto y convincente. Es una cinta que mira más allá de las vicisitudes y de las desgracias humanas puntuales e individuales, que plantea un concepto superior, que realiza preguntas inquietantes las cuales seguramente no tengan respuesta fácil o simplemente no la tengan, como la necesidad de una redención que casi nunca termina por llegar, el remordimiento o la culpabilidad, entre otros, y que sitúan al ser humano frente a su ínfima condición y ante un abismo terrible y gigantesco.

Los silencios se apropian de una narración construida sobre una idea fuerza tremendamente rotunda y demoledora, con una estética visual fantástica presente en cada una de sus historias y con una maravillosa banda sonora, por la cual consiguió su único Oscar. Babel es una apuesta tremenda, una cinta lúgubre, que pone luz mortecina al dolor, a la desesperación, al temor y que se configura como profunda y devastadora. Cierto es que es una forma de construcción vista ya en muchas ocasiones y, asimismo, en la filmografía de su director, pero resulta increíblemente interesante por su enfoque diferente y por su óptica global y plural. Babel, que tiene que ganar enteros en su versión original con cada uno de las historias en su idioma propio, es una propuesta apabullante, un film que encierra una crítica total a nuestra civilización moderna, a esta pseudoglobalización plagada de recelos, miedos y traumas. Su mayor defecto, pese a ser tildada de pretenciosa, es su mano blanda y piadosa que le acarrea una falta de crudeza en su culmen resolutorio, la cual le hace perder la posibilidad de ser aún más desoladora y fatídica, a la altura del lienzo mundano que plasma.

Babel es una película en la que el quién no tiene importancia y de esta forma consigue implicarnos, englobarnos, pertenecernos y demostrarnos que todos formamos parte de esa torre de Babel ruinosa, enfermiza e inmensa y, además de todo ello, es un film ciertamente bueno.


                                                    Tráiler

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