- Dirección: Michael Cimino
- Guión: Deric Washburn
- Reparto: Robert De Niro, Christopher Walken, John Savage,
Meryl Streep, John Cazale, George Dzundza, Chuck Aspegren,
Amy Wright, Rutanya Alda, Joe Grifasi, Pierre Segui, Shirley Stoler
- Duración: 178min
- País: Estados Unidos
- Año: 1978
- Premios destacados:
· 5 Oscars: película, director, actor secundario (Christopher
Walken), sonido y montaje. Además, 4 nominaciones [actor
principal (De Niro), actriz de reparto (M. Streep) y fotografía]
- Te gustará si lo hizo... Nacido el 4 de julio (1986)
- Valoración:
Mike (Robert De Niro), Steven (John Savage), Nick (Christopher Walken), Stanley (John Cazale) y Axel (Chuck Aspegren) son un grupo de amigos y también compañeros de trabajo en una fábrica de fundición de metales en Clairton, Pennsylvania. Su juventud transcurre sin mayores sobresaltos mientras ellos se reúnen para beber y pasarlo bien en el bar de John (George Dzundza) y para ir, de vez en cuando, de caza a la montaña y tratar de abatir a algún venado. Es el día de la boda, por el rito ruso ortodoxo, de Steven con Angela (Rutanya Alda), que servirá de despedida a la pandilla ya que, pocos días después, el propio Steven, Mike y Nick deberán partir rumbo a la guerra de Vietnam, reclamados por el ejército. En plena celebración, Nick se prometerá con Linda (Meryl Streep), en quien también había puesto sus ojos Mike, y tras un salto repentino de escenario, los tres chicos estarán en la selva de Vietnam, donde coinciden y donde asimismo sus caminos se separarán, enmarcados en una contienda inhumana que contaminará sus mentes y a raíz de la cual ya nada volverá a ser como antes.
Michael Cimino, un año antes que Coppola y su Apocalypse Now (1979), realiza este retrato crudo y desalentador de una generación de jóvenes marcados agriamente por la guerra de Vietnam, despojados de todos los sueños previos a su presencia en el conflicto, una generación sumida en un trauma posbélico del que jamás podrán liberarse ni recuperarse mentalemente del todo.
El cazador no es una cinta bélica al uso que se centre en la narración de la guerra, las batallas y la coyuntura de los soldados desde el terreno, aunque si lo toca, sino que su labor profundiza en el antes y el después, por lo que su quietud y su pausa es más destacada que otros filmes de la misma temática. La película, que se divide en tres partes claras, donde la primera de ellas resulta demasiado larga y estirada; intenta penetrar en la psicología machacada de los protagonistas y lo logra, pero su trasfondo reflexivo cojea y peca de raleza. Por añadido, las múltiples escenas y situaciones de guión centradas en la práctica de la ruleta rusa, que en un principio sorprenden e incluso magnetizan, son excesivas para resultar probables y, por tanto, creíbles, más aún teniendo en cuenta que suponen la columna vertebral de buena parte de la historia.
El cazador no es una cinta bélica al uso que se centre en la narración de la guerra, las batallas y la coyuntura de los soldados desde el terreno, aunque si lo toca, sino que su labor profundiza en el antes y el después, por lo que su quietud y su pausa es más destacada que otros filmes de la misma temática. La película, que se divide en tres partes claras, donde la primera de ellas resulta demasiado larga y estirada; intenta penetrar en la psicología machacada de los protagonistas y lo logra, pero su trasfondo reflexivo cojea y peca de raleza. Por añadido, las múltiples escenas y situaciones de guión centradas en la práctica de la ruleta rusa, que en un principio sorprenden e incluso magnetizan, son excesivas para resultar probables y, por tanto, creíbles, más aún teniendo en cuenta que suponen la columna vertebral de buena parte de la historia.
En ella destacan, especialmente, Robert de Niro, en un papel que no resulta especialmente asombroso comparado con tantas otras fántasticas actuaciones de las que está repleta su carrera pero al que siempre resulta un placer verle actuar, y Christopher Walken, brutal en su rol demencial de soldado ido y alienado, afectado por la crudeza extrema de la guerra. El cazador, a pesar de su enfoque y planteamiento óptimos, carece de la tensión y el tino apropiados y su carga dramática, que es mucha y bien construida, con la sordidez y desdicha necesarias; no consigue transmitir del todo su visceralidad. En términos generales, su magnitud no le alcanza para codearse con la fuerza intrínseca de títulos míticos del cine sobre la guerra de Vietnam como la ya citada Apocalypse Now, La chaqueta metálica (1987) o Platoon (1986). Su cariz bélico es demasiado atenuado y escaso, aunque su simbiosis entre la vertiente puramente bélica y su estrucutura de prólogo y epílogo a ella es aceptable e interesante. No obstante, el referente de tantas obras similares como las anteriormente citadas, le hacen perder puntos en la confrontación y el film genera un poco de decepción por sus altas expectativas, pesa a no ser, ni mucho menos, una mala propuesta ni una mala película.
Tráiler (en inglés)
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