- Guión: Julius J. Epstein, Philip G. Epstein, Howard Koch (basado
en la obra teatral de Murray Burnett y Joan Alison)
en la obra teatral de Murray Burnett y Joan Alison)
- Reparto: Humphrey Bogart, Ingrid Bergman, Paul Henreid,
Claude Rains, Dooley Wilson, Sydney Greenstreet, Peter Lorre,
Conrad Veidt, Peter Lorre, S. Z. Sakall, Madeleine Lebeau
Claude Rains, Dooley Wilson, Sydney Greenstreet, Peter Lorre,
Conrad Veidt, Peter Lorre, S. Z. Sakall, Madeleine Lebeau
- Duración: 100 min
- País: Estados Unidos
- País: Estados Unidos
- Año: 1942
- Premios destacados:
5 nominaciones: actor principal (H. Bogart), actor secundario
(C. Rains), montaje, fotografía b/n y BSO drama/comedia)
- Te gustará si lo hizo... Lo que el viento se llevó (1939)
- Valoración:
Con el mundo inmerso en plena II Guerra Mundial y media Europa bajo el dominio de la Alemania nazi, Casablanca (en el Marruecos de la Francia no ocupada) se ha convertido en el lugar al que huyen multitud de personas de diversas nacionalidades con la esperanza de obtener un salvoconducto que los lleve hasta Lisboa, antesala del ansiado avión a América. Allí, el Rick's Café es el centro neurálgico de la vida nocturna y Rick Baines es su exitoso, respetado, frío y aparentemente apolítico gerente. En el club confluyen, entre otros, jugadores, estraperlistas y militares y altos mandos nazis, franceses o italianos.
Una noche, Victor Laszlo (Paul Henreid), líder de la resistencia checa perseguido por la Gestapo y vigilado incluso en Casablanca por los alemanes, se presenta en el local junto con su mujer, Ilsa (Ingrid Bergman), recién llegados a la ciudad. Ilsa es la antigua amante de Rick, al que dejó plantado cuando habían acordado abandonar juntos París justo el día de la ocupación alemana; acompañados por Sam (Dooley Wilson), el músico principal del Rick's. Paradójicamente, Rick, que todavía se siente traicionado por Ilsa a pesar de no haber conseguido olvidarla, es la única opción de Victor de poder conseguir los documentos que le permitan escapar de la ciudad y de obtener por fin la libertad. Ilsa ofrecerá a Rick quedarse con él a cambio del visado para su marido, por lo que éste tendrá que debatirse entre recuperar a la mujer de su vida a cualquier precio o ceder y permitir la huída del matrimonio, dejando escapar a la mujer que nunca ha dejado de amar desde aquellos días en París.
Una noche, Victor Laszlo (Paul Henreid), líder de la resistencia checa perseguido por la Gestapo y vigilado incluso en Casablanca por los alemanes, se presenta en el local junto con su mujer, Ilsa (Ingrid Bergman), recién llegados a la ciudad. Ilsa es la antigua amante de Rick, al que dejó plantado cuando habían acordado abandonar juntos París justo el día de la ocupación alemana; acompañados por Sam (Dooley Wilson), el músico principal del Rick's. Paradójicamente, Rick, que todavía se siente traicionado por Ilsa a pesar de no haber conseguido olvidarla, es la única opción de Victor de poder conseguir los documentos que le permitan escapar de la ciudad y de obtener por fin la libertad. Ilsa ofrecerá a Rick quedarse con él a cambio del visado para su marido, por lo que éste tendrá que debatirse entre recuperar a la mujer de su vida a cualquier precio o ceder y permitir la huída del matrimonio, dejando escapar a la mujer que nunca ha dejado de amar desde aquellos días en París.
Casablanca son palabras mayores. Nos encontramos frente a frente con un icono, un referente, una deidad del cine de todos los tiempos. Una película vertebrada por un hombre especial, carismático, interpretado por Humprhey Bogart, al que calificarlo como fantástico sería quedarse corto, en un papel rudo, cínico, irónico, elegante, arisco y misterioso, que supone, en suma, una de las actuaciones más soberbias y recordadas de la historia del celuloide. Casablanca es un film con unos diálogos magistrales ("-Veidt: ¿Cuál es su nacionalidad? -Bogart: Soy borracho" o "-Lebeau: ¿Dónde estuviste anoche? -Bogart: ¿Anoche? No tengo la menor idea -Lebeau: ¿Y qué harás esta noche? -Bogart: No hago planes con tanta antelación", son buena muestra de ello), una escenografía maravillosa y un guión superior e inteligente, cargado de épica, honor, amor, pasión y tensión que introduce a mitad de metraje, con absoluta maestría, la etapa de Rick e Ilsa en París, y cuyo colofón es un final de talento puro, un clímax sencillamente impecable para un entramado dramático y argumental perfecto.
Con esa pose y formas tan grandilocuentes como dignas de disfrute típicas del mejor cine clásico, sobre todo en cuanto a la vertiente más pasional, y con una música archiconocida y embriagadora, con Sam a los mandos del piano; la mítica cinta de Michael Curtiz, no solo nos brinda varios de los fotogramas más recordados y algunas de las escenas más míticas de siempre, sino que nos encontramos en tierra santa del séptimo arte, ante un título prácticamente insuperable que constituye uno de los máximos exponentes de la magia fílmica más genuina, porque Casablanca es una película con aura, es historia y leyenda indeleble del cine, es cine con mayúsculas. Parafraseando al gran Bogart cuando dice a Ingrid Bergman que siempre tendrán París; nosotros, los cinéfilos, siempre tendremos Casablanca. Pase lo que pase y para siempre.
Tráiler
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