30/1/13

El secreto de sus ojos

- Dirección: Juan José Campanella
- Guión: Juan José Campanella, Eduardo Sacheri
- Reparto: Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella,
   Pablo Rago, Javier Godino, Mario Alarcón, José Luis Gioia
- Duración: 124min
- País: Argentina
- Año: 2009
- Premios destacados:
  · Oscar: mejor película de habla no inglesa
  · BAFTA: nominada a mejor película de habla no inglesa
  · Premios Cine Europeo: nominada a mejor película
  · 2 Goya: actriz revelación (Soledad Villamil) y película
    hispanoamericana [además de 7 nominaciones, incluyendo
    película, director, actor principal, guión adaptado y fotografía]

- Te gustará si lo hizo... El mismo amor, la misma lluvia (1999)

- Valoración:

Benjamín Espósito (Ricardo Darín), oficial ya retirado de un juzgado de instrucción de Buenos Aires, está inmerso en el proyecto de escribir una novela sobre el caso que marcaría su vida y pensamientos para siempre y del cual fue encargado de investigar veinticinco años atrás, en 1974. La joven Liliana Colotto fue brutalmente violada y asesinada y las investigaciones de Espósito, ayudado por su asistente en el juzgado, Pablo Sandoval (Guillermo Francella), los conducen hasta Gómez (Javier Godino), un joven que conocía a la víctima de su adolescencia y que posee contactos e influencias en altas esferas de poder de la nación que le pueden librar de la sentencia merecida. Este hecho llevará a Espósito a visitar en varias ocasiones a Ricardo Morales (Pablo Rago), el viudo de Liliana, del que dirá que jamás vió semejante amor en unos ojos y lo hará tanto en el momento inmediatamente posterior al suceso como en el presente, para preparar su novela y revisar, de alguna manera, el caso.

Apenas iniciada la investigación, llega al juzgado la nueva secretaría, Irene Menéndez-Hastings (Soledad Villamil), una prestigiosa licenciada en Derecho en Estados Unidos y de familia acomodada, que se encargará del departamento desde ese momento. Las aguas del crimen se mezclan con el substrato de los deseos escondidos y callados de Irene hacia Espósito y la ignorancia autoimpuesta y forzada que el miedo a afrontar este hecho provoca en éste, incapaz de salir de su coraza y de mirar de frente a la realidad y a su propio yo interior.

La película juega a las mil maravillas con los tiempos, empleando de forma exquisita el uso de los flashback para acudir al presente y al pasado sin previo aviso, de manera precisa, difusa y perfecta y está hilvanada sublimemente. A pesar de que su inicio pueda parecer falto de ritmo, lento, su lentitud es un regalo. La mejor película de Juan José Campanella, por encima incluso de la genial El hijo de la novia (2001), está basada en la novela La pregunta de sus ojos de Eduardo Sacheri, coguionista aquí junto a Campanella, y cuenta con un reparto encabezado por un, no nos cansamos de repetirlo, soberbio Ricardo Darín, en el que logran destacar todos sus principales integrantes desde la capacidad para emocionar de Soledad Villamil (a la que ya pudimos ver junto a Darín, diez años antes, en El mismo amor, la misma lluvia (1999), pasando por la visceralidad fría de Pablo Rago y Javier Godino, hasta Guillermo Francella, en su papel de borrachín ingenioso que otorga a la historia el sutil, necesario y justo aderezo cómico.

Dirigida con un pulso y una pausa medidísimos, El secreto de sus ojos es una película casi mágica que, mediante pinceladas de oro, muchas veces inapreciables, te va atrapando en su hechizo, a través de su impecable guión, de sus soberbios planos y escenas (que nadie se pierda la del ascensor, brutal y genial a partes iguales), de su fantástica fotografía y de su convincente, contundente y sorprendente parte final. Una cinta capaz de narrar lo etéreo, irracional y desmedido del amor cuando éste no entiende de fronteras temporales y, al mismo tiempo, plasmar una historia de intriga y crimen de primer nivel, sin dejar de lado pequeñas dosis de comedia, en una conjunción excelsa y sumamente ardua situada, además, en un contexto político agitado y corrupto como el vivido en toda la década de los setenta en Argentina.

Pocas veces un film consiguió expresar tanto a través de las miradas, de lo que éstas callan, insinúan o gritan a los cuatro vientos; del  brillo de los ojos de sus protagonistas, de la ausencia de contacto físico. Estamos ante una de esas películas con aura. Sencillamente, una delicia conmovedora y magistral que se antoja imprescindible.


                                                   Tráiler

1 comentario:

  1. Genial! La subestimaba en un principio, pero la filosofía detrás de los hechos la hace una obra original, magistral y digna de verse. Un desafío al tiempo.

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