- Dirección: Quentin Tarantino
- Guión: Quentin Tarantino
- Reparto: Jamie Foxx, Chritoph Waltz, Leonardo DiCaprio,
Samuel L. Jackson, Kerry Washington, Don Johnson,
Dennis Christopher, Walton Goggins, James Renar,
Laura Cayouette, Quentin Tarantino, M. C. Gainey, Jonah Hill
- Duración: 165min - País: Estados Unidos - Año: 2012
- Premios destacados:
· 2 Oscar: actor de reparto (C. Waltz) y guión original, más 3
nominaciones: película, fotografía y efectos sonoros
· 2 Globos de Oro: guión y actor de reparto (Waltz), más 3
nominaciones [película-drama, director, actor reparto (DiCaprio)]
· 2 BAFTA: actor secundario (C. Waltz) y guión original, más 3
nominaciones (director, montaje y sonido)
- Te gustará si lo hizo... Malditos Bastardos (2007)
- Valoración:
1858, dos años antes del estallido de la Guerra de Secesión estadounidense, en algún lugar de Texas, King Schultz (Christoph Waltz), un antiguo dentista ahora cazarrecompensas, encuentra al esclavo negro Django (Jamie Foxx), al que se lleva consigo para su próximo trabajo, ya que conoce bien a los hermanos Brittle, su próximas 'piezas' a cobrar. Schultz concede la libertad a Django y tras éste, su primer trabajo exitoso, le propone colaborar juntos durante el invierno a cambio de acompañarle posteriormente a Mississippi (donde la cruel situación de los esclavos es aún más exacerbada), a las tierras del gran terrateniente Calvin Candie (Leonardo DiCaprio), donde se halla su mujer (Kerry Washington), esclava en la gran mansión de Candie. Para ello, trazan un plan que consiste en fingir su interés por la compra de uno de los luchadores negros de Candie, gran aficionado a las denominadas peleas de mandingos (entre esclavos negros). Para ello, Schultz se hace pasar por un alemán recién llegado que quiere entrar de lleno en el mundo de las apuestas de estos brutales combates y Django por su teóricamente experto ayudante, pese a que en su mente solo se dibuje un objetivo: recuperar a su esposa y efectuar su ansiada venganza.
Quentin Tarantino sigue derrochando sangre y talento en Django desencadenado y continúa dejando detalles de algunos de sus referentes, como es el caso aquí del 'spaghetti western', cuya estética y formas ya se destilan desde los créditos iniciales y la canción que los acompaña, dentro de una BSO inspiradora y acertada que se encarga de crear un ambiente perfecto al film. Tarantino tira de sus característicos y maravillosos toques 'kitsch' e irreverentes, que son fundamentales dentro de su admirado lenguaje cinematográfico y que forman parte de su sello personal. Como anécdota, incluye incluso un claro guiño a La vida de Brian (1979) de los Monty Phyton, trasladado, ni más ni menos, que al Ku Kux Klan, en una escena tremenda con un cierto picante macabro.
Django se inicia de modo fastuoso, con un Christoph Waltz francamente sublime, que se sale de la pantalla, con unas dotes interpretativas que ensombrecen y empequeñecen el papel de su compañero de reparto y de viaje en la película, un Jamie Foxx sosísimo al que el rol protagonista le viene inmenso, que no consigue lucir en absoluto, envuelto en una frialdad e inexpresividad sin matices y que está a años luz, asimismo, de las otras dos grandes actuaciones de la cinta, la que realiza el sólido y siempre perfecto Leonardo DiCaprio y también la de un gran Samuel L. Jackson prácticamente irreconocible, en la piel del asistente y mayordomo personal de DiCaprio. En principio, el papel de Foxx estaba destinado a Will Smith, pero problemas con la producción por el elevado caché del actor de Philadelphia, hicieron que el elegido fuese, finalmente, Jamie Foxx. Con Waltz, sobre todo, y con DiCaprio juntos en escena, Django desencadenado gana enteros y verla supone un auténtico placer.
Django se inicia de modo fastuoso, con un Christoph Waltz francamente sublime, que se sale de la pantalla, con unas dotes interpretativas que ensombrecen y empequeñecen el papel de su compañero de reparto y de viaje en la película, un Jamie Foxx sosísimo al que el rol protagonista le viene inmenso, que no consigue lucir en absoluto, envuelto en una frialdad e inexpresividad sin matices y que está a años luz, asimismo, de las otras dos grandes actuaciones de la cinta, la que realiza el sólido y siempre perfecto Leonardo DiCaprio y también la de un gran Samuel L. Jackson prácticamente irreconocible, en la piel del asistente y mayordomo personal de DiCaprio. En principio, el papel de Foxx estaba destinado a Will Smith, pero problemas con la producción por el elevado caché del actor de Philadelphia, hicieron que el elegido fuese, finalmente, Jamie Foxx. Con Waltz, sobre todo, y con DiCaprio juntos en escena, Django desencadenado gana enteros y verla supone un auténtico placer.
Tarantino, que se sirve nuevamente de una temática tremendamente seria y de una construcción muy similar a la que pudimos ver en Malditos Bastardos (2009), da leves pinceladas de la coyuntura de la esclavitud en los estados sureños durante el siglo XIX en Estados Unidos, hecho que le sirve de punto de partida y pretexto para plasmar este delirio tan divertido como banal y repleto de ferocidad que es Django. La cinta, al menos en su versión doblada, utiliza un lenguaje para los negros que pretende mostrar su grado de desalfabetización que, sin embargo, no convence, suena excesivamente artificial y resulta demasiado simplista y tópico. Por otro lado, los fantásticos diálogos son ácidos y satíricos y el guión, en líneas generales, está cargado de frenesí dentro de un plan de venganza trepidante, radiante y eléctrico.
A pesar de ello, parece que Tarantino alarga la sucesión de la trama principal (si bien de modo medido), es decir, desde que aparece DiCaprio en pantalla, y se pasa de velocidad en la resolución, como si tuviese prisa por que presenciemos el final apoteósico y grandilocuente, envuelto en fuegos artificales, que nos tiene preparado. Ese pulso arrítmico y acelerado se deja ver de manera demasiado evidente como para no darse cuenta de ello pero, a fin de cuentas, Django desencadenado es una película muy entretenida, emocionante, cargada de la sangre y la violencia que son inherentes de la denominación de origen Tarantino, que vuelve a demostrar su genuino estilo y su infinito ingenio, eso sí, sin salirse de los códigos y estructuras clásicas que tan bien maneja. Si consiguiese rematar sus títulos con una mejor transmisión de la parte sentimental y una cierta sensibilidad puntual, su sombra sería aún mayor y su cine absoluto. Pero no quiere, su sombra ya es lo bastante amplia, y así hay que admirarlo y disfrutarlo.
A pesar de ello, parece que Tarantino alarga la sucesión de la trama principal (si bien de modo medido), es decir, desde que aparece DiCaprio en pantalla, y se pasa de velocidad en la resolución, como si tuviese prisa por que presenciemos el final apoteósico y grandilocuente, envuelto en fuegos artificales, que nos tiene preparado. Ese pulso arrítmico y acelerado se deja ver de manera demasiado evidente como para no darse cuenta de ello pero, a fin de cuentas, Django desencadenado es una película muy entretenida, emocionante, cargada de la sangre y la violencia que son inherentes de la denominación de origen Tarantino, que vuelve a demostrar su genuino estilo y su infinito ingenio, eso sí, sin salirse de los códigos y estructuras clásicas que tan bien maneja. Si consiguiese rematar sus títulos con una mejor transmisión de la parte sentimental y una cierta sensibilidad puntual, su sombra sería aún mayor y su cine absoluto. Pero no quiere, su sombra ya es lo bastante amplia, y así hay que admirarlo y disfrutarlo.
Tráiler
Una decepción 'Django', no me esperaba un clásico pero sí una película más divertida. Apenas aparecen esos diálogos crujientes marca de la casa, y como siempre, qué pena que sus pelis estén tan vacías. ¿Cuándo encontrará messieur Tarantino algo para lo que tan bien sabe hacer: contar? Un saludo!
ResponderEliminarLo que nosotros echamos de menos el ese humor ácido marca de la casa que, salvo en el momento homenaje a La vida de Brian, brilla por su ausencia.
ResponderEliminarCualquier tiempo pasado fue mejor...
Un saludo :)